La fundación Tzu Chi por primera vez dejó sus huellas en Ecuador durante la secuela del terremoto en abril del 2016 y de las inundaciones del 2017, estableciendo un fuerte vínculo con el país sur americano y su encantadora gente.
Desde el comienzo, era claro que dentro del país existen personas quienes carecían de atención médica que tanto necesitaban. Por eso, es importante establecer una campaña donde ellos puedan hallar tales servicios. Entonces, los voluntarios de Tzu Chi decidieron poner en marcha la primera misión médica, la cual se inició por primera vez en enero del 2019.
Ellos necesitan atención médica. Entonces coordine con todos los médicos, hice todos los arreglos necesarios. Y aquí estamos.
Martin Kuo, voluntario de Tzu Chi
La misión principal de Tzu Chi es estar al servicio de los demás, es lo que Tzu Chi representa, y proviene de la visión de la Gran Maestra Cheng Yen. Por eso fue importante priorizar las necesidades médicas de las personas en Ecuador, comenzando por Canoa, Portoviejo y Santa Ana.
Ahí, muchas de las personas quienes residen dentro de estas tres áreas son desfavorecidas y, a menudo, carecen de las necesidades diarias a lo que estamos acostumbrados en los Estados Unidos. El nivel de pobreza en Ecuador es grande sobretodo en las zonas rurales, y para aquellos afectados por los desastres les suele difícil recibir atención médica de buena calidad, si es que lo hay.
No hay hospital, no hay médicos. La gente aquí vive con pocos recursos a su alcance.
Hwa Hsia, residente de Guayaquil
Cada uno de los voluntarios de Tzu Chi pudieron ayudar en realizar esta misión médica al contribuir sus granitos de arena. El equipo médico, por la cual consiste de 13 doctores y enfermeras, además se han unido junto a otro equipo de dentistas para proveer aquellos servicios gratuitos a la gente de la comunidad y ayudarles a recibir la atención que tanto necesitan.
Es precisamente la esperanza de estos voluntarios establecer lo que será una campaña a largo plazo comprometido en atender a las grandes necesidades del pueblo ecuatoriano. Al brindarles atención médica de rutina, a los residentes de estas comunidades aprendiendo con más detalle sobre la salud y mejorar sus vidas también.
Cuando cuidas de una persona quien lo necesita, llevándolo de la mano, sueles dirigirlo mientras que él o ella va creciendo. Caminas junto a él o ella hasta que puedan caminar por sí mismo y seguir adelante con sus vidas. Eso es lo que hacemos.
Martin Kuo, voluntario de Tzu Chi