Era un día nublado, lluvioso en el pequeño pueblo turístico de Canoa, ubicado en la costa de Ecuador. Sin embargo, había mucho trabajo por hacer y aquella lluvia no iba a disuadir al equipo de voluntarios de la fundación Tzu Chi quienes se encontraban listos para continuar la campaña oficial de atención médica que se extendería a Santa Ana y Portoviejo. Se había organizado la brigada médica, para brindar servicios gratuitos a personas de escasos recursos que vienen por ayuda.
Durante la campaña, 12 médicos vinieron desde el extranjero para trabajar junto a los médicos de la zona cercana. Y precisamente juntos, fue que Tzu Chi logró tratar a muchas personas desfavorecidas quienes querían y necesitaban ser atendidas por el personal de médicos voluntarios.
Entre la pequeña multitud de pacientes, los voluntarios trataron a un niño nacido con parálisis cerebral infantil que necesitaba antibióticos para la fiebre y el dolor de garganta. Su familia estaba muy agradecida por la atención y esperan que los voluntarios regresen en otra ocasión.
Por otro lado, una madre trajo a su hijo pequeño quien fue atacado por un perro, recibiendo una fuerte mordedura. Desesperada, sin saber a donde ir porque no había un médico cerca, asistió al evento. Ahí, los voluntarios atendieron al niño y le dieron pastillas para el dolor y la fiebre.
No solo los voluntarios de Tzu Chi, sino también muchos de los residentes sienten la necesidad de ayudar y ofrecer sus servicios como voluntarios. De acuerdo a Jennyfer Ruiz, una de las voluntarias de Tzu Chi, es por eso que más personas se están uniendo a la fundación.
Hay más voluntarios locales ahora, y siguen juntándose aún más y más. Yo creo que el número de voluntarios está creciendo y poniéndose aún más fuerte.
Dentro de muchas comunidades en Canoa, existe una semejante necesidad de brindar servicios médicos gratuitos, ya que muchos de sus residentes carecen de los medios para conseguirlas, y los voluntarios de Tzu Chi estaban listos para ayudar.
No solo ayudar, sino también dar el buen ejemplo de colaboración. Al ver eso muchos residentes de Canoa hicieron se ofrecieron como voluntarios porque ellos también fueron criados con la mentalidad de ayudar a otros. Es esa misma mentalidad la cual encaja precisamente con las propias enseñanzas de la Gran Maestra Cheng Yen. De hecho, Jennyfer Ruiz trajo a sus sobrinas quienes estaban agradecidas en ayudar. Al involucrar a los miembros de su familia como voluntarios, se convierte en una buena oportunidad para Ruiz de brindarles experiencia práctica y llenar sus corazones.
Yo tengo un corazón grande. Mi madre y el resto de mi familia nos criaron así de esa manera. Siempre servir a la gente. También están mis sobrinos. El mayor se encuentra dirigiendo a los pacientes hacia las estaciones.
La importancia de llevar a cabo una jornada de atención médica aquí en Canoa es excelente. Mientras que muchos residentes estuvieron presentes al evento porque carecen de los fondos para viajar a ver un médico por sus propias cuentas, otros estaban allí para ver a uno de los cuatro dentistas extranjeros, quienes participaron junto al equipo médico como parte de promocionar la salud dental en la comunidad.
La dentista voluntaria Gabriela Duchely, quien vino desde Guayaquil, no solo se encontraba feliz de poner en práctica sus habilidades, sino también de proporcionar esas mismas habilidades a personas desfavorecidas y aprender aún más de Tzu Chi. De hecho, se puso feliz al poder usar las herramientas de calidad mientras observaba las técnicas dentales de Tzu Chi.
Por otro lado, Michelle Lam, otra de las dentistas voluntarias, tuvo el honor de seguir los pasos de sus padres y marcar por sí misma una diferencia dentro de la comunidad.
Yo solo quiero marcar una diferencia en el mundo. Mis padres eran budistas… Cuando ellos fallecieron, quise honrar su memoria siguiendo su ejemplo haciendo voluntariado siendo una manera de honrar sus memorias.
Muchos de los pacientes quienes estuvieron presentes durante la campaña fueron niños cuyas bocas estaban llenas de caries y necesitaban atención. Aquella campaña no solamente fue importante para llenar sus cavidades, sino también para educarlos a ellos y a sus padres sobre la importancia de la higiene bucal.
Para comprenderse el uno a otro, no solo se realiza a través del idioma. De corazón, puedes comunicar lo que sea. Nos tratan con amor. Yo recibí un chequeo dental. Y ahora tengo un sonrisa perfecta.
No solo los dentistas voluntarios se sintieron agradecidos por brindar sus servicios para ayudar hacer del mundo un lugar mejor, sino también de poder inspirar a la juventud de Canoa.
Hay personas quienes necesitan a alguien. A veces, no los tienen. Cuando crezca voy a ser voluntaria porque me gusta. Porque me gusta ayudar a las personas.
